Abigail no se detuvo a cuestionar, ni criticar ni juzgar a su esposo. Actuó como hija. Corrió al Padre. Intercedió, se puso en la brecha, y Dios intervino a su favor.
Se presentó a quienes eran más poderosos que ella.Ella sabía que no era guerra con carne y sangre. Su humillación la posicionó en Cristo.
El Señor peleó por ella. Dió lo que tenía. Demostró que su vida era una vida de comunión con el Padre.Entendida en diseños. Conoció como llegar a David. Entrenada en lo secreto del Padre. Gobernaba los ambientes. Halló gracia delante de los hombres. Porque primero la gracia de Dios estaba en ella.
1.Samuel 25
20 Y montando un asno, descendió por una parte secreta del monte; y he aquí David y sus hombres venían frente a ella, y ella les salió al encuentro.
