Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 5.10 No son eternas las aflicciones. Dios nos libra de todas ellas (Salmos 34.19) y nos ayuda a atravesarlas. La libertad de Dios es real y concreta pero nos pasa que ante una dificultad creemos no podremos y eso nos pone en una posición vulnerable, caemos en duda y ansiedad, por lo que nuestros pies no pueden mantenerse firmes. Imagina o intenta caminar en terreno resbaladizo, o en arenoso y verás que no puedes alcanzar firmeza. Ahora sí pones tus pies sobre una roca o estructura rígida si te mantendrás en firmeza y seguridad. Tiene que ver qué la duda es ese terreno resbaladizo. En duda no puedes sostenerte firme. La duda y ansiedad nos traslada a un terreno donde nuestros pies se hunden. Nos conviene pensar con fe sobre cada situación, como de dice comúnmente: “para no nos agarre mal parados”. Pero Dios, es Dios de toda gracia y por esa gracia somos sostenidos y fortalecidos para avanzar en pos de llegar a la meta que es cruzar los obstáculos . Corremos la carrera para obtener el premio que es eterno y es la gracia de Dios que nos lleva de la mano y nos levanta en cada caída. Parte de las situaciones que sufrimos tienen que ver con disciplina y crecimiento, para así obtener el premio y no haber corrido en vano, como escribió el apóstol Pablo. Nuestro entrenamiento nos lleva a la meta y al premio eterno que permanece. (1 Corintios 9.24). Dios mismo , aunque hoy no lo veamos, nos fortalece para vivir el proceso de ser perfeccionados y establecidos en la fe del hijo, la fe que agrada a Dios. Su gracia levanta nuestras alas para volar alto y sobrepasar toda circunstancia mirando desde arriba las tormentas de la vida. Su mano nos posiciona en la Roca Eterna. Aunque creamos estamos solos en cada adversidad es Dios que está a nuestro lado, él vuela más alto y va abriendo camino. Siempre se trata de fe. Creer. En cada situación hay propósito. Cada situación es una lección. Todo nos ayuda a bien. Ninguna aflicción es eterna. Piensa: ¿ Tu fe en qué terreno camina?
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