Isaìas 43.2
Cuando pases por aguas profundas,
yo estaré contigo.
Cuando pases por ríos de dificultad,
no te ahogarás.
Cuando pases por el fuego de la opresión,
no te quemarás;
las llamas no te consumirán.
Cuando creemos que ya no salimos más de esas situaciones, lugares, ambientes que son cárceles a nuestras vidas, llega el “de repente de Dios”. Cuando empezamos a resignarnos que no hay respuesta llega la voz de Dios.
El reloj vuelve a cero. Se gesta un nuevo comienzo. Son esas situaciones que del modo que menos imaginàbamos se solucionaron.
Si tuvièsemos que explicar còmo lo logramos no nos alcanzarìan las palabras.
Es cuando el Padre Eterno envía su auxilio y cruzamos a la otra orilla. Atravesamos la furia del mar que se levantò para frenarnos porque es Dios quièn gobierna, es cuando debemos levantar la voz declarando el señorìo de Jesucristo.
Nos podràn intimidar pero las aguas turbulentas no nos pueden ahogar hay una promesa escrita por Dios.
Creer y tomarse de su palabra nos fortalece para que el miedo no nos paralice. Su promesa es cuidarnos.
Las adversidades estaràn pero no nos venceran. Dios nos entrena para lo que viene, para que lo que no conquistamos podamos conquistarlo. Por eso, no es , que nos quita toda situaciòn difìcil porque es necesario aprender. Dios nos fortalece y nos da todas las armas y recursos que necesitamos para cruzar y atravesar lo difìcil.
Hay momentos de nuestra vida que estaremos frente de esas aguas profundas , de esos rìos de dificultad y del fuego de la opresiòn. No quedaremos hundidos para siempre en esas aguas, ni seremos arrastrados por esas situaciones muy complicadas a nuestras vidas y aunque pareciera que nos vamos a quemar, a consumir, las llamas no nos tocan. Por que Dios nos prepara para toda adversidad.
Siempre habrà un “y de repente Dios lo hizo”.
Espero sea llena de fe tu vida, Dios te bendiga

Dios la bendiga siempre hna