Agar, una mujer esclava y egipcia, se encuentra en medio de un conflicto y decide huir pero hasta ahí llegó la gracia de Dios , para enfocarla, para ayudarle a verse a sí misma y fortalecerla. Dios oyó su aflicción.
La gracia te encuentra estés donde estés y en la circunstancia que estés, te busca, te cubre, te esconde en Cristo y es ahí donde las voces de los acusadores callan.
Nuestro Dios siempre llega a tiempo.
Su gracia es mayor, nos envuelve, nos abraza, nos limpia, nos defiende, nos viste, nos calza y nos regresa al Padre, a nuestro lugar seguro. Hoy podemos estar atravesando un valle que parece no tiene salida, como Agar, no entendiendo tantas cosas y sintiéndonos vulnerables pero su gracia es más que suficiente para encontrarnos, sanar las heridas y grietas de nuestro corazón y poner promesas en nuestras manos.
Escóndete en su gracia!
Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Génesis 16.11
