AUNQUE LA HIGUERA NO FLOREZCA

Devocional: Desde Argentina “DE GRACIA RECIBI”

AUNQUE LA HIGUERA NO FLOREZCA

Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Habacuc 3.17-18

El profeta Habacuc empezó quejándose y ahora expresa confianza en Dios. Tremendo cambio!
Suceden crisis en nuestra mente cuando Dios no nos habla , ese silencio de Dios, que sí habla y que nos toca decodificar, oír que està hablando en medio de la dificultad a través de su silencio.
La desesperación de Habacuc era porque Dios no le respondía.
Nos pasa, pero nos conviene esperar y confiar, porque aún en el silencio Dios sigue siendo Dios.
El profeta acepta la voluntad de Dios y decide gozarse en ella. No se goza de la aflicción, se goza de tener a Dios, porque logra confiar que los planes del Padre Eterno son mejores que los nuestros y esto de creer que nuestras ideas o proyectos son mejores que los de Dios nos lleva a la queja.
Cuando vemos desde nuestra humanidad, nos frustramos, cansamos, desesperamos y sobre todo la queja en nuestro corazón que brota por nuestros labios como amargura contaminando nuestro entorno, porque nuestras actitudes y palabras de queja, desánimo y falta de fe son trampas para los que creen, porque oír queja atenta contra la fe.
Habacuc se quejaba del plan de Dios para Judá.
¿Te quejas de lo que vives como hijo de Dios? ¿Sos de los que dicen: no merecía vivir o pasar esto?
Dios le enseñó a Habacuc, le reveló su gloria y poder claro que en un proceso, donde el profeta fue confrontado con su fe.
Habacuc 3 es la descripción de un Dios de gloria y poder que sabe lo que hace.
Dios sabe lo que hace. Aunque hoy no lo entendamos.
Aunque la higuera no florezca, no perdamos el gozo. Aunque falte el vino, los frutos, el olivo y no haya cosecha confiemos porque las sequías no son eternas y tenés un Dios que abre ríos en el sequedal. El profeta aún en medio de la sequía , sin ovejas ni vacas, tenía su mirada y confianza puesta en Dios.
Hoy quizás estás cruzando otro desierto, si, otro más, pero confía plenamente porque el tiempo del desierto está en la mano de Dios y Dios tiene pensamientos de bien para tu vida.
El profeta fue mudado de la queja a la confianza y gratitud.
De pronto no te quejas pero no hay gratitud genuina.
Es un buen día para agradecer a Dios por todo.
Dios te bendiga 🙏

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