ANCLA PARA EL ALMA
«Esta esperanza es como un ancla firme y segura para nuestra alma y penetra hasta la presencia misma de Dios.»
Hebreos 6:19 (NBV)
El apóstol Pablo como sobreviviente de más de un naufragio, conocía muy bien el valor de un ancla en alta mar.
En tiempos bíblicos, las naves nunca zarpaban sin el ancla, aunque hiciera buen tiempo.
Sí de repente se desataba una tempestad, la tripulación echaba el ancla del barco, si esta se agarraba firmemente al fondo, el barco tendría la posibilidad de aguantar la tormenta sin sufrir muchos daños, en lugar de ser arrastrado hacia la costa y estrellarse contra las rocas.
Un ancla de navegación tiene una muy importante función y es de estabilizar un barco en las profundidades de las aguas.
Lo mismo que hace un ancla para que un barco este seguro durante una tormenta, la esperanza en el Señor y en sus promesas nos ayudan a estar firmes y nos dan las fuerzas necesarias para enfrentar las tormentas y los problemas de la vida.
Sí las promesas de Dios son para nosotros una esperanza “tanto segura como firme”, dicha esperanza puede ayudarnos a no movernos cuando las olas de las circunstancias, problemas y procesos agitan a nuestro alrededor.
Si en este momento estás atravesando una gran tormenta en tu vida y aún sientes que tú barca puede undirse…
¡Es importante que no pierdas tu fe!
¡Que la tormenta no haga perder tu ancla!
Solo necesitas seguir aferrado a la Palabra de Dios y a sus promesas para poder resistir.
Recuerda; tienes un ancla de esperanza (Cristo) que te sostendrá hasta que la tormenta termine y llegue la calma.
¡Ten Fe en Cristo Jesús, en Él siempre hay esperanza!
«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.»
Juan 16:33
