Jueces 11:1
“Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad.
Esforzado y valeroso, las dos cualidades sobresalientes de este varón, que era hijo de una mujer ramera, hijo de Galaad, y criado en esta tierra llamada también Galaad.
Es Jefté ( Jueces 11) quien al crecer, sus hermanos lo echaron fuera para que no heredara con ellos, porque no era hijo de su madre.
Jefté se encontró con la tormenta de la realidad delante de él. Tormenta desatada ya desde el vientre de su madre, había sido concebido en pecado, pero como a Dios nada lo toma por sorpresa , el mismo Dios ordenó todo para bien.
Sus hermanos aplicaron la ley ” no entrará bastardo en la congregación ” (Deuteronomio 23.2) y lo sacan.
Este varón, Jefté, se fue a otra tierra, donde se juntaba con hombres ociosos, pobres, sin propiedades, sin empleo y sin propósito. Lejos de su tierra se encontraba Jefté.
¿Alguna situación te sacó violentamente de tu tierra? ¿De tu lugar?
¿Olvidaste que hay propósito de Dios en tu vida?
No olvides la gracia del Padre es mayor y sus planes jamás son estorbados.
Cuando Israel es atacado por Amón, los ancianos de Galaad, fueron a buscar a Jefté, le dijeron: “Ven,”
(Jueves 11.6).
Lo llamaron. Qué causalidad!
Había sido desechado, echado fuera por su parentela, y ahora lo van a buscar manifestando el
“EL LLAMADO DE DIOS”, sobre la vida de este varón escogido primero por Dios .
Fuimos separados y escogidos primeros por Dios para andar las obras que están escritas de antemano y Jefté no se esperaba que lo llamarán otra vez a su tierra. Se fue despreciado y desheredado y ahora vuelve con un propósito en sus manos.
Jueces 11:5-6 “Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob; y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón.
Dios lo llamó y comisionó. Lo sacó de la escuela del desprecio para ponerlo en la Roca Eterna cuando menos se lo esperaba.
¿Qué esperas de Dios hoy? ¿Qué no esperas de Dios?
Medita un momento en esta situación de Jefté, fuera de su tierra, echado y despreciado, sin herencia ni propósito, y de pronto se abre el cielo, y llega el llamado de Dios.
¿Hay similitud con lo que estás pasando hoy?
Efesios 2:12 “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”
Un día estuvimos lejos y ahí nos alcanzó el Padre.
Pedro 2:10 “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
El Dios de toda gracia obra siempre a favor de sus planes en nosotros.
Quizás hoy te duele el corazón porque te despreciaron y te echaron pero Dios , el mandará que te busquen, porque el no desprecia al humilde.
En un tiempo no fuimos pueblo, está escrito. Se trata de atravesar ese tiempo de: no ser pueblo, familia, cercano, heredero, reconocido porque existe el ” AHORA ” de Dios, cuando te llama y te introduce en su reino, en su corazón y te entrega propósito. ¿No es acaso su gracia y salvación obrando?
La misericordia de Dios te busca y te llama. Nos alcanza.
Jefté cruzó la tormenta. Fue llamado por Dios. Los mismos que lo acusaron y echaron salieron a buscarlo y traerlo.
Los planes de Dios son más altos.
Dios te bendiga 🙏
Oro para te conectes a la fe de esta palabra y te llenes de fe para creer que aunque el hombre señale la gracia y favor de Dios es mayor.
Oro sigas confiando que los planes de Dios no pueden ser estorbados!
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Quiero que oren por mi por mi fe y mi salud espiritual.