DE LA ANGUSTIA A LA ALABANZA Salmos 9

SALMOS 9:1-8, 10-20 RVR1960
[1] Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas. [2] Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. [3] Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti. [4] Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia. [5] Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. [6] Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas. [7] Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio. [8] Él juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.
[10] En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. [11] Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras. [12] Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos. [13] Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte, [14] Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación. [15] Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie. [16] Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah [17] Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios. [18] Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente. [19] Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de ti. [20] Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres.

1. Un corazón agradecido (vv. 1-2):

  • ​El salmo comienza con la decisión de alabar a Dios “con todo el corazón”. Esto nos invita a preguntarnos: ¿Mi alabanza es superficial o genuina? ¿Estoy realmente consciente de las “maravillas” de Dios en mi vida?
  • ​La gratitud no es solo una emoción, sino una elección. A pesar de los problemas, el salmista decide regocijarse en Dios y cantar a Su nombre. Esto nos recuerda que podemos encontrar gozo en el carácter de Dios, no solo en nuestras circunstancias.

​ ¿Qué maravillas de Dios puedo contar hoy? ¿Qué razones tengo para alabar a Dios con todo mi corazón, a pesar de lo que esté enfrentando?

2. La justicia de Dios es un refugio (vv. 7-10):

  • ​Mientras los enemigos de David perecen, el salmista afirma que “el Señor reina para siempre”. Esta es una verdad fundamental: el poder de los malvados es temporal, pero el reino de Dios es eterno.
  • ​Dios es presentado como un “refugio para los oprimidos” y un “lugar seguro en tiempos de angustia”. Esto nos consuela cuando sentimos que el mundo es injusto. Podemos llevar nuestros miedos y opresiones a Dios, sabiendo que Él escucha y actúa.
  • ​El versículo 10 es clave: “En ti confiarán los que conocen tu nombre, porque tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”. La confianza en Dios se construye sobre el conocimiento de quién es Él. Su nombre representa su carácter, sus promesas y su fidelidad.

​¿Dónde estoy buscando refugio en mis momentos de angustia? ¿Estoy confiando en mis propias fuerzas o en la promesa de Dios de que Él no me abandonará?

3. El clamor del afligido es escuchado (vv. 13-14, 18-19):

  • ​El salmista no solo alaba, sino que también ora con honestidad. Él le pide a Dios “misericordia” y “que mire su aflicción”. Esto nos enseña que la fe no anula el dolor ni la necesidad. Podemos ser honestos con Dios sobre nuestro sufrimiento.
  • ​A pesar de su aflicción, el salmista tiene una esperanza clara: ser salvado para poder seguir alabando a Dios “en las puertas de la hija de Sion”. Su objetivo final no es solo escapar del problema, sino honrar a Dios con su liberación.
  • ​El salmo termina con una nota de esperanza para los “necesitados” y los “pobres”, afirmando que su esperanza “no perecerá para siempre”. Dios se acuerda de ellos y hará justicia.

​ ¿Siento que Dios se ha olvidado de mí en mi sufrimiento? ¿Cómo puedo mantener la esperanza en Su justicia y en que Él no me abandonará?

El Salmo 9 nos anima a elevar nuestra mirada más allá de nuestras batallas y a fijarla en el trono de Dios. Nos enseña que la verdadera victoria no está en la derrota de nuestros enemigos, sino en la certeza de que Dios es el Juez justo y el refugio inmutable para todos los que confían en Él. Al leer este salmo, podemos pasar de la angustia a la alabanza, recordando que nuestro gozo y nuestra seguridad están en el Señor.

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