Tomamos decisiones desde el enojo, el dolor, desde la desesperación y luego nos pesan en el corazón y nos angustiamos mucho más. Nos damos cuenta porque el camino se cierra delante nuestro y no podemos seguir. Volver el corazón de decisiones apresuradas nos hace bien. Descansar y echar toda la carga en Dios y buscar su consejo es lo que nos da paz. Estamos a tiempo. Hay esperanza. Una buena decisión es más poderosa que tantas equivocadas. Decidimos volvernos de una equivocación y el camino se abre solo. Volvemos el corazón y de lo demás Dios se hace cargo.
David decía no te alejes Dios. Clamaba con desesperación por la presencia de Dios.
Y su adoración, tanto tiempo a solas con Dios, desde que cuidaba las ovejas de su Padre ya cantaba a Dios y siempre tenía alabanza en sus labios
Eso le ayudó a estar en la presencia de Dios ,a conocer más a Dios, a no dejar su espíritu se durmiera.
El corazón de David siempre estaba pegado al corazón de Dios.
¿Cuánto hace que no te quebrantas con Dios y lloras y clamas hasta que tu alma se llene de su presencia?
Quizás hoy la angustia está cerca, como decía el salmista, pero si oras y alabas Dios disipa esos temores.
Volver el corazón también es que vuelva nuestra alegría de vivir un día a la vez.
Salmos 22:11
No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
