DIOS GOBIERNA LA ESCASEZ

​En 1 Reyes 17, se nos presenta la historia de Elías y la viuda de Sarepta, un relato conmovedor que nos enseña valiosas lecciones sobre la fe, la obediencia y la provisión divina. El versículo 14 es el centro de esta enseñanza, ya que nos muestra la promesa de Dios en medio de la escasez.


​1 Reyes 17:14
​‼️Porque así dice el Señor, el Dios de Israel: ‘La harina en la tinaja no se agotará ni el aceite en la vasija disminuirá, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra'”.


​Este versículo es un poderoso recordatorio de que Dios es fiel a sus promesas, incluso cuando las circunstancias parecen desesperadas.

Reflexiones
​1. Confiar en la palabra de Dios, no en lo que ven tus ojos:
La viuda de Sarepta estaba en una situación de extrema necesidad. Estaba a punto de preparar su última comida para ella y su hijo, y luego esperar la muerte. Sin embargo, cuando Elías le presenta la palabra de Dios, ella decide creerle, a pesar de que su lógica y su realidad le decían lo contrario. ¿Cuántas veces nos encontramos en situaciones donde la realidad nos grita que no hay salida? Este versículo nos invita a confiar en la palabra de Dios por encima de lo que ven nuestros ojos. La fe no se basa en lo que podemos explicar, sino en lo que Dios ha prometido.
​2. La obediencia en la escasez desata la bendición:
Elías le pide a la viuda que haga algo aparentemente ilógico: que le dé de comer a él primero. La obediencia de esta mujer no fue fácil. Implicaba dar lo poco que tenía, sin tener la certeza de lo que sucedería después. Sin embargo, su acto de fe y obediencia fue la llave que abrió la puerta a la provisión milagrosa. Dios no necesita que tengamos mucho para obrar; solo necesita nuestra obediencia. Cuando obedecemos, incluso en medio de la escasez, demostramos nuestra confianza en Él y desatamos su bendición.
​3. Dios provee de manera sobrenatural:
El milagro de la harina y el aceite es un testimonio de la provisión sobrenatural de Dios. No se trató de una solución temporal o un simple “estiramiento” de los recursos. La provisión fue constante y milagrosa, durando “hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra”. Dios no solo nos provee para hoy, sino que lo hace de manera continua y sorprendente, mucho más allá de lo que podemos imaginar. Él es el Dios de lo imposible, el que nos sustenta día a día.
​4. La fidelidad de Dios en la espera:
La promesa de Dios no era para un solo día, sino para un período de tiempo indefinido, “hasta el día en que el Señor haga llover”. Esto nos enseña que la fidelidad de Dios nos acompaña en los largos períodos de espera. A veces, la respuesta a nuestras oraciones no es inmediata. Habrá “sequías” en nuestras vidas, pero en medio de ellas, podemos aferrarnos a la promesa de Dios de que Él nos sustentará hasta que el tiempo de su bendición llegue.
​Aplicación personal:
​¿Qué “sequía” estás enfrentando en tu vida? (financiera, emocional, espiritual, etc.)
​¿Estás confiando en tu propia lógica y recursos, o en la palabra de Dios?
​¿Qué acto de obediencia te está pidiendo Dios hoy, aunque te parezca ilógico o difícil?
​Toma un momento para agradecer a Dios por su fidelidad y por la provisión que te ha dado, incluso en los momentos difíciles.
​El versículo 14 de 1 Reyes 17 nos anima a vivir una vida de fe radical, confiando en que nuestro Dios es un Dios de milagros que provee para sus hijos, no según la medida de sus recursos, sino según la grandeza de su poder y su amor.

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