” ESPERAR LA RESPUESTA”
Nos engañamos a nosotros mismos pensando que Dios no respondiò. Es nuestra actitud frente a la respuesta de Dios “que no cumple nuestra expectativa”.
¿Pediste consejo alguna vez a tus líderes? ¿ Y cómo no te pareció bien ,pediste a otros consejo, otra vez, preguntando lo mismo? ¿Te encontraste con muchas respuestas a una sola pregunta?
Tiene que ver con que a veces ya tenemos una idea de como deberìa ser la respuesta de Dios y al no ser como pensamos ya no recibimos consejos como la respuesta de Dios. Empezamos a recorrer “pasillos” buscando la respuesta que a nosotros nos guste y nos llenamos la cabeza de voces que provocan confusión y desánimo en nuestras vidas.
Ese pensamiento nuestro lo convertimos en una verdad interna y cuando Dios nos habla lo contrario, de lo que nosotros queremos oir entramos en crisis. Nos autodefendemos diciendo: “Dios no responde”, “A mi Dios no me habla”
Terminamos creyendo la mentira que Dios no responde.
Esto se convierte en un circulo vicioso que nos daña y contamina.
La realidad es que Dios sí oye y responde porque cuando nos enfocamos en oír a Dios y silenciamos otras voces o dejamos de buscar ” respuestas” por todos lados es cuando nuestro corazón recibe nitidamente la voz de Dios.
Miqueas 7:7
Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.
¿A cuántos les cuentas tus problemas? ¿Cuántos conocen tus aflicciones?
Oremos y esperemos respuesta. Su respuesta no tarda.
Hoy quizás te sientes ” desilusionado” ” un mendigo que busca y no encuentra” en medio de no saber que hacer.
Tiene que ver con esperar la respuesta de Dios. Esperar la voz de Dios.
Saúl presentó el sacrificio, porque Samuel según sus expectativas ” no llegaba”. Le costó mucho, perdió el reinado.( 1 Samuel 13).
Dios no llega tarde.
¿Te adelantaste a la respuesta de Dios y decidiste solo?
Nuestra seguridad es esperar en Dios. Cuando clamamos y esperamos en Dios no seremos avergonzados.
Dios te bendiga 🙏
Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
Salmos 34
