JOCABED-FE INQUEBRANTABLE

ESTUDIO BIBLICO

Jocabed, la mamá de Moisés, que venció el temor porque se abrazó al propósito eterno .

Siete lecciones que te nutren de fe

LECCIÓN 1:
LA MAMÁ DE MOISÉS – Éxodo 2
-¿ Esta mujer sabía que su niño volvería a ella cuando lo coloca en el
río?
¿Por qué en ese lugar y no lo llevó a otro lugar?
Es que todo se alinea al propósito de Dios en nuestras vidas, porque
nada sucede sin que Dios no lo sepa.
Moisés cumpliría propósito.
Una mamá que tuvo que creer. ¿De dónde sacó fuerzas para esa
decisión de dejar el niño?
Ella sabía lo que hacía. ¿Cómo?
Su actitud y como se desarrolla la historia manifiesta una mujer de
clamor, de oración e intercesión.
Dios fue quien la guio a dejar a Moisés en el carrizal a la orilla del río.
La hija de Faraón que lo toma envía a buscar una nodriza, quien va a
buscar esa nodriza es la hermana de Moisés y, oh, casualidad?…

busca
a la mamá de Moisés. Casualidad o causalidad? Todo sucede para algo.
¿Tremenda casualidad? O causalidad del cielo?
Dios todo lo encamina a bien siempre, cuando creemos en su palabra
y en él. Sus planes no son estorbados.
Imagina un momento: ¿Cómo oraba esta mujer? cómo clamaba por su
bebé que lo tuvo escondido pero ya no podía seguir oculto?
No tenía grupo de oración, ni estudios, ni seminarios, ni carnet, ni
título, ni entrenamiento , ni credenciales; solo tenía un corazón pegado
al corazón de Dios, lleno de fe, que creyó aún más allá de su
humanidad.
Tantas cosas venían a su mente quizás pero ella se abrazaba al Padre
Eterno, tantas dudas y temores pero las silenciaba en oración. Su oración era más fuerte que la voz de la misma muerte. Habrá llorado?
Habrá gritado?
La oración se nutre y te nutre de fe. Es la oración que te pega al
corazón del Padre.
Lee este pasaje en Éxodo 2 y llénate de fe. Esa fe que ordenó todo a
bien.
Esa oración , genuina, no dejó que Moisés en el palacio se olvidara de
la ley de Dios. La decisión de esta madre conmovió el cielo. Su oración
guió a Moisés
al propósito. Oración de una madre que venció la muerte, porque la
orden de Faraón era matar los nacidos varón.
Una oración que fue cobertura y escudo de su hijo.
¿Qué más piensas fue esa oración?
¿Qué te lleva a meditar esta mujer?
Dios desea aumentar tu fe.
Los planes de Dios no pueden ser estorbados, y tú oración es un plan
de Dios para tu casa y generación.
Ora. No dejes de orar

LECCIÓN 2

FORTALEZA EXTREMA versus COMISARIOS DE TRIBUTOS
Murió José y toda aquella generación habiendo fructicado y
fortalecidos de tal manera que llenaron la tierra.( Éxodo 1.7)
Los hijos de Dios fueron fortalecidos “mucho más” que los egipcios,
fortalecidos en un ” nivel, el más alto”, porque era fortaleza del cielo.
Egipto pudo ver esa manifestación de superioridad en fuerzas y
soportar pudiendo prevalecer rearmándose más en Dios.
El pueblo de Dios es un pueblo de valor y Egipto lo sabe muy bien.
Egipto conoce la potencia que hay en los hijos de Dios, la valentía que
Dios puso, esa fortaleza extrema que los hacia robustos y poderosos
frente a Faraón.
Ellos, los de Faraón, dijeron : ” He aquí, el pueblo de los hijos de Israel
es mayor y más fuerte que nosotros” (Éxodo 1.9).
Egipto desea y insiste frenar tu multiplicación y también procura evitar
que te salgas de su dominio y opresión.
(Éxodo 1.10)
Egipto trae diseños falsos de esclavitud sobre las vidas, cegándolas,
para no peleen por su libertad. El mundo se organiza para tenerte
atrapado. La tiniebla te encierra y día tras día cuida que no te
fortalezcas , ni te multipliques, ni des fruto para te mantengas en
esclavitud.
¿ Eres consciente de tu fortaleza extrema? ¿ De la potencia y poder que
Dios depositó en vos?
¿Pensaste que sos más fuerte y mayor que el mundo y por lo tanto
poder vencer lo que te vuelve a Egipto?
Nacimos para gobernar, para crecer y fructificar pero cuando estamos
en ” Egipto” nos gobierna Faraón.
Faraón te pone su carga, “Entonces pusieron sobre ellos comisarios de
tributos que los molestasen con sus cargas; (Éxodo 1.11 a)
¿Ahora lo entiendes?
Comisarios de tributos pusieron y posicionaron para ir en contra del
diseño de verdad de Dios: La fortaleza del Padre Eterno.
Estos comisarios se encargaban de que los hijos de Dios ” pagaran
impuestos en forma de trabajo forzado” , eso es el sistema egipcio, solo
trabajas y trabajas para pagar lo que el mundo dice le debes.
Le consumían su provisión, porque no les daban ” salario” , solo
trabajaban para pagar tributos, bajo la opresión de los comisarios que
ponían cargas molestas sobre los hijos de Dios, usándolos para
construir ciudades de almacenaje para Faraón.
¿Qué hemos construido para Faraón?
¿Qué lugar tiene en nuestras vidas Egipto?
Pero prevaleció el diseño de Dios, su fortaleza extrema, por que cuanto
más los oprimían, tanto más se multiplicaban, (Éxodo 1.12)
Egipto te obliga con dureza a trabajar y edificar para Faraón.
¿Qué estás edificando? ¿Dónde estás edificando?
¿Sobre la Roca o en Egipto?

LECCIÓN 3:
TU FE VENCE FARAÓN
“Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y
la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un
carrizal a la orilla del río”
Éxodo 2.3
Una fe a prueba de decreto de muerte, es la fe de Jocabed, la mamá de
Moisés en Éxodo 2.
Tres meses lo tuvo escondido. La orden de Faraón era que se echase al
río todo varón que naciera y nació Moisés. Temían los egipcios de la
multiplicación y crecimiento de los hebreos por lo que les hicieron
servir con dureza y servidumbre.( Éxodo 1.13.14).
Eso es el mundo: dureza y servidumbre.
No podía ocultarlo por más tiempo a su hijo y ella misma le construye
una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea.
Imagina ella misma, construyendo su arquilla para ponerlo en el río y
sin saber que pasaría. ¿Cuántas lágrimas habrá derramado sobre su
hijo?
Lo tenía que soltar. Lo estaba soltando al propósito del Padre Eterno.
Gemimos y lloramos por nuestros hijos, años de rodillas clamando por
ellos y a veces no los soltamos al propósito. Cuesta soltarlos , aún
sabiendo, que son de Dios.
Pero esta mujer se aseguró ella misma construir la arquilla para que
estuviera protegido, porque creyó era lo mejor.
¿Cuántas lágrimas derramas orando por tus hijos?
No son en vano. Dios lo ve. Tus oraciones van construyendo camino de
vida para tus hijos aunque hoy no lo veas, porque Dios es soberano y
justo.
Moisés no se apartó de Dios, si estuvo en el desierto años, pero allá
Dios fue a buscarle.
El amor de Jocabed a su hijo fue mayor que el decreto de muerte de
Faraón. Su oración por Moisés fue más fuerte que los hechizos
egipcios porque Moisés no se contaminó con la idolatría de Faraón.
Dios es soberano!!
Hay poder en tu oración!
Está escrito “instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no
se apartará de él” Proverbios 22.6
Moisés no apartó su corazón del Padre Eterno, a pesar de criarse en el
palacio de Faraón.
Fue tan firme y segura la enseñanza e instrucción de su madre, que la
cultura egipcia no entró a Moisés.
No gastes lágrimas. Gasta tu tiempo orando por ese hijo/ hija porque
hay una promesa que se tiene que manifestar: No se apartará de Dios.

LECCIÓN 4:
Y VOLVIÓ A SUS BRAZOS
Tres meses le tuvo escondido y nueve en su vientre, cuando le tocó
soltar al río a su hijo.(Éxodo 2).
Fueron doce meses de vínculo perfecto y presente, el vínculo del amor
entre madre e hijo.
Una vez puesto, Moisés, en la arquilla de juncos sobre las aguas, este
bebé de tres meses resulta un poco difícil a la mente humana que se
produjera un giro inesperado de la situación, es decir, que ese bebé
volviera con su mamá.
Y volvió a sus brazos!!!
(Éxodo 2.8.9)
Nada es imposible para Dios. Jocabed , mujer sabía, que oía a Dios y
aprendió a creerle para no ponerse al medio de lo que Dios quería hacer
con su hijo.
Ella y su esposo eran de Levi, tenían ya un diseño del cielo sobre ellos y
sobre sus generaciones , digo esto para se pueda comprender era una
mamá que conocía a Dios.
¿Cuando supo estaba embarazada que habrá pensado? ¿Cómo habrá
orado?
¿Lo habrá consagrado a Dios?¿Habrá pactado con Dios por ese hijo?
¿Consagraste tus hijos a Dios?
Esta mujer fue “construyendo” aún antes de gestar a Moisés, cómo
sería ese hijo porque cuando soñamos y deseamos tener hijos de
alguna forma los imaginamos y luego en el embarazo vamos
declarando palabras que no son inocentes, porque quedan como
improntas en su alma, como carteles a seguir en el caminar de la vida.
Lo entiendes?
Que pensabas cuando estabas embarazada? Que pensaban antes de
ser padres en relación a la paternidad a un hijo?
¿Qué palabras dijiste, que adjetivos usaste para ese bebé en tu vientre
y después cuando lo fuiste criando o lo estás criando?
Jocabed, se embarazó siendo esclavos en Egipto y te animo a pensar: ¿
Qué habrá declarado sobre ese bebé?
Habrá dicho ” serás esclavo toda tu vida”
O habrá expresado ” hijo, vos vas a libertar a muchos”
Cierra tus ojos, piensa, y presenta a Dios cada palabra mal dicha sobre
tus generaciones , sobre tus hijos, sobre los que vendrán declarando
bendiciones hoy.
Cambia maldición por bendición.
Haz una oración por tus hijos, vos y Dios, ora.
Dios toma tu oración y la lleva a tus hijos libertándolos de palabras mal
dichas.
Levántate, sacúdete y empieza a clamar por tus hijos.

LECCIÓN 5:
DIOS Y EL CORAZÓN DE LA HIJA DE FARAÓN
“Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus
doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió
una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he
aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños
de los hebreos es este.”
Éxodo 2
“Y la hija de Faraón ” qué expresión!
Podría haber visto la arquilla una de sus doncellas , pero no, es ella
misma quien la ve y envía a tomarla. Empieza a manifestarse la gracia
y misericordia del Padre, en el corazón de esta mujer. Es el llanto de
Moisés que abre esa brecha de compasión. Quizás ella ya había oído el
llorar de los hebreos porque su padre Faraón había enviado echar al río
todo hijo varón.
La hija de Faraón supo que era hijo de los hebreos , era del Dios de los
hebreos, y ella aún sabiendo que había una orden de su padre y que ni
siquiera podían comer pan egipcios con hebreos porque era
abominable para ellos, hay una decisión mayor, una fuerza sobre lo
natural que esta mujer creía y decide guardar con vida al niño.
Dios siempre llega primero y él había visitado ese corazón poniendo su
voluntad respecto a Moisés. Cuando , la hermana de Moisés, pregunta
si buscaba una nodriza de las hebreas, la hija de Faraón ni lo piensa, ni
titubea, no argumenta, solo dice: Ve.
Cuando Dios toca un corazón no hay como escapar de su voluntad.
Dios interviene de maneras que no lo imaginamos. Era la hija de Faraón
que conocía bien a su padre, pero fue sabia, porque lo mantuvo
escondido, protegido, bajo cobertura de los hebreos al no llevarlo al
palacio, con solo tres meses, le pareció se lo criara una nodriza hebrea
y luego lo llevaría al palacio.
¿Será que si Faraón escuchaba llorar un bebé hebreo procuraría echarlo
al río?
Dios conoce los planes ocultos de las tinieblas. El Padre Eterno
desbarata las obras del enemigo.
De quien menos esperamos llega la bendición porque es Dios quien
habla a los corazones y para el Padre nada es imposible.
Pasamos más tiempo dudando que creyendo.
Será que Jocabed oraba para Dios tocara y moviera el corazón de la hija
de Faraón a misericordia?
¿ Porqué corazón oras para Dios lo toque? Para Dios le hable?
No importa si está en Egipto o adora otros dioses, para Dios nada es
imposible. Sus planes no son estorbados.
Una oración lo cambia todo, está escrito
Dios miró la tierra, no había quien hiciese vallado ( Ezequiel 22.30),
quien se pusiera en la brecha y no halló quien orara delante de él.
¿Cuándo Dios mira tu corazón, encuentra oración? ¿Te pones en la
brecha para Dios toque corazones?
Siempre se trata de creer que Dios lo hará.
Comparte hay muchos corazones que necesitan Dios los toque. Es la
oración de los hijos quien abre camino a la fe. Vuelve a orar y Dios
pondrá en ese corazón endurecido gracia y misericordia a tu favor.

LECCIÓN 6

UNA MAMÁ DE FE

“Por la fe, Moisés, cuando nació fue escondido por sus padres…”
Hebreos 11.23
Por la fe, es decir, el instrumento, el sustento, que sostuvo esa decisión
fue la fe.
Cuando crees en la restauración de tu familia no te cansas de esperar,
porque ese creer es fe que te sostiene.
Los papás de Moisés esa espera desde el embarazo, hasta dejar al niño
en el carrizal, se sostuvieron en la fe.
Jocabed cuando construía la arquilla y la calafateaba para que no se
dañará , era guiada por la fe, fe de creer que Dios haría algo poderoso,
que no se quedaría quieto.
Nos cuesta creer y entender la fe.
La fe no depende de cosas visibles, es una convicción con cimientos y
origen en lo que Dios ya habló.
La fe, el creer, se sostiene en lo que Dios dijo.
Es una sustancia, una base segura y firme donde espero , porque
conozco la verdad. La fe le da sustancia a lo que espero. Es la
confirmación, la realidad y el fundamento que sustenta lo que espero.
Con la convicción, con la evidencia de lo que no se ve. La fe nos
convence de lo que no vemos. La fe es la evidencia y demostración de
lo que no veo.
El mantenerme en fe es la demostración de seguridad y confianza,
basada en lo que Dios dijo.
Podríamos decir: la fe es la sustancia, lo primero, de lo que espero. Es
la demostración o evidencia de algo que no se ve, ( naturalmente) pero
tengo ” evidencia” que va a suceder, porque tengo la ” certeza” , lo que
Dios dijo.
Jocabed, la mamá de Moisés, no dependía de lo visible, del horror que
había a causa del decreto de Faraón de matar los niños nacidos varón.
Ella cimentó sus pensamientos en lo que Dios le había hablado. Ella se
mantuvo firme porque conocía la verdad. Conocía a Dios y esa era su
verdad.
Construyó el arquilla y dejó a Moisés a la orilla del Niño, como
evidencia y demostración de lo que no veía. Ella hasta ahí no veía
salvación ni siquiera algo que cambiará ese decreto de muerte, pero su
acción, daba prueba, testimonio, un adelanto de que ella creía que Dios
iba a hacer algo a favor.
Eso es moverse en fe! (Léelo otra vez, pausadamente y piensa en lo que
lees)
Fue más fuerte la certeza y convicción que Dios obraría, que el decreto
de Faraón.
Por esa certeza y seguridad que recibirían la liberación de su hijo, que
sería guardado con vida, los papás de Moisés fueron en contra de las
palabras de Faraón. Por esa evidencia dentro de ellos que algo bueno
pasaría no se rindieron ni entregaron la vida de su hijo a las manos de
Faraón.
No dejaron que los dioses egipcios recibieran la sangre, la vida de ese
bebé. Pelearon y accionaron.
Ellos al esconderlo también corrían peligro de muerte. Jocabed dio
todo por su hijo.
Se puso al medio, entre su hijo y Dios, y también al medio de lo que las
tinieblas querían hacer.
¿Cuánto oramos y clamamos por nuestros hijos?
O estamos en la comodidad de pensar: “ya Dios hará”
Nos toca como hijos de Dios orar y clamar por nuestras generaciones.
Quizás hoy te encuentras en medio de un decreto del mundo y en medio
de palabras del mundo sobre tu hijo o hijos, pero llénate de fe, y pelea,
si Jocabed en medio de Egipto y con la muerte muy cerca pudo vencer
y destruir por la fe ese plan de las tinieblas cuánto más vos y yo.
Jocabed no tenía consejería. El Trono de Dios era su guía.

LECCIÓN 7:
VACIARSE DE TODO
Muchos dicen piensan con el corazón, otros con la razón, otros no
piensan solo actúan y tantos refranes podemos expresar pero a
Jocabed , mamá de Moisés le tocó poner el propósito sobre sus
sentimientos.
Se enfocó en lo que Dios decía y no en lo que su corazón de madre
sentía.
¿Qué padres disfrutan ver sufrir a su hijo?
Jocabed menguó en su emocionalidad de mamá y se posicionó en la
madurez de hija.
Sus emociones y sentimientos le decían: ¿ Seguí teniéndolo
escondido? ¿Y si los egipcios encuentran la arquilla?
Es que esta mujer permitió que la voz de Dios gobernará su interior
silenciando las voces del temor y la duda.
Se hizo fuerte en ella lo que Dios había dicho, sus promesas, quitando
el estorbo que provocaban sus sentimientos.
En el caminar con Dios “no queremos nuestros hijos sufran” y nos
ponemos al medio de lo que Dios desea hacer con ellos.
¿Le preguntas a Dios cómo orar por tus hijos?
Cuando Dios desea un encuentro cara a cara con nuestros hijos quizás
deban llegar a no ver la salida en nada, para puedan ver la puerta de
salvación que es Jesús, pero mientras hagamos de Dios para nuestros
hijos ellos no van a tener una relación personal con Dios.
Jocabed, entregó a Moisés, a la voluntad de Dios y Dios lo rescató.
Ella puso los ojos en Jesús (Hebreos 12.2), no en la arquilla, ni en los
riesgos tampoco en su hijo. Su mirada puso en el propósito.
Pero debió separar sus sentimientos y dar paso a Dios.
¿Cómo intervienes en el propósito de tus hijos, desde Dios o desde tus
sentimientos?
Me imagino que pensaría Moisés de niño cuando le contaban como
Dios lo salvó de la muerte, como este testimonio lo habrá llenado de fe,
pero aún así necesitó desiertos.
Desierto individual, luego con su familia y luego con la congregación
de los hijos de Dios.
Moisés vivió más en el desierto que en el palacio de Egipto. Cumplió
propósito pero una madre un día decidió creer a Dios y confiar.
Lo entregó primera vez en la arquilla y luego cuando lo lleva a hija de
Faraón ya niño otra vez.
Otra vez a despedirse de su hijo!
Jocabed conocía a quien estaba detrás de toda esta historia: El Dios
Todopoderoso.
Ella le impartió a su hijo la fe genuina, porque para Moisés era mayor
Cristo que los tesoros del palacio. ( Hebreos 11.26).
Para Jocabed fue primero el propósito de Dios en su hijo que sus
expectativas y sentimientos de mamá y meditemos hasta donde ella se
niega que el nombre “Moisés” se lo puso la hija de Faraón.
No eligió ella el nombre de su hijo pero se aseguró que cumpliera
propósito y que el nombre de su hijo este escrito en los cielos.
Una mujer que se vació de ella misma y se llenó de Cristo.
Ser padres es mucho más espiritual que lo que imaginamos.
Aún el sentimentalismo como padres no nos deja orar e interceder por
nuestros hijos con libertad, por ese “miedo” le pase algo.
¿Habrá tenido miedos Jocabeb?
¿Cómo vences tus miedos?
Nuestros miedos hablan de nuestra relación personal con Dios. Por Qué
son miedos que sentimos nosotros y esto es contaminante cuando
pasamos nuestros miedos a nuestros hijos.