HAY UNA MESA DE RECONOCIMIENTO
David pastoreaba las ovejas de su padre, en obediencia y amor, las defendía de la misma muerte y las vigilaba largas noches guardando el rebaño.
Quien mejor que él para conocer cuando el Padre Eterno adereza mesa delante de nuestros enemigos.
Lo vivió y experimentó cuando lo mandaron a llamar y fue ungido por Samuel.
Lo esperaba la mesa del Padre: ” Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.” 1 Samuel 16.11
Dios te espera, el mismo conoce el tiempo de tu desierto, llega el día que da orden que seas sacado y te sienta a su mesa.
Desde estar allá en el desierto , solo, David pasa a ser reconocido, a ser importante, porque no se sentarían hasta que él no estuviera presente.
De estar atrás, al fondo, donde nadie sabía de él, pasa a ser reconocido.
Quizás hoy muchos no saben quién eres, y ni siquiera creen que eres hijo/a de Dios, porque estas al fondo, pero llega la voz de Dios que te trae a la luz, donde se activa el propósito de Dios en tu vida. Aunque tardare , esperalo..
( Habacuc 2.3)
Hay bendiciones que solo llegan a tu hogar a causa tuya, de tu oración, de tu fe, obediencia y entrega a Dios.
David fue puesto sobre mucho, el dulce cantor de Israel porque fue fiel en lo poco, en medio del desierto, ovejas, frío, sueño y demás, pero ningún león u oso le arrebató las ovejas del Padre.
Dios exalta al humilde, al que espera en Dios.( Salmos 147.6)
Nuestro Dios, eterno , fiel y verdadero, que vive y reina nos trae a mucho cuando amamos lo poco y lo cuidamos.
Es él quién nos adereza mesa, en presencia de aquellos que angustiaban nuestra alma y que creían que siempre estaríamos en el desierto así como David.
Creo que el infierno pensó que David no saldría desde ahí a cumplir propósito, pero Dios lo hizo, porque sus planes jamás serán estorbados.
Vas a salir de ese desierto. Se fiel en lo poco. Que tu fe no falte.
Dios bendijo a David delante de sus enemigos.
Aderezar tiene que ver con poner en orden, y ese día se ordenó, se alineó la vida de este pastorcito de ovejas al plan de Dios, a un reinado, a lo que el Padre Eterno había ya soltado sobre David, desde la eternidad.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Salmos 23.5.6