Mis manos rebozan de la llenura de Dios
Hay momentos y situaciones que nuestra alma se percibe vacía y lo expresa nuestra boca con frases como “mis manos están vacías” y si, hay estados de ánimo que son difíciles de vencer, pero tenemos un Dios grande que todo lo llena.
Una frase de lamento y de escape pero que es peligrosa cuando se convierte en cárcel a nuestro caminar en Dios.
El Padre Eterno nos salió un día al encuentro y nos entregó salvación llenando nuestras manos de gracia, de fe y esperanza. Nos entregó un futuro de vida, una luz de misericordia y nos rebozó nuestra copa de su gracia y perdón.
Aún en el mundo nuestras manos no estaban vacías porque portábamos la decisión de creer o aceptar a Jesús y esto no es un hecho menor decidir por el Señor porque fue esa decisión de abrirle la puerta de nuestro corazón a Dios que cambio nuestras vidas y el destino a bendición a nuestras generaciones.
Dios no nos ve con manos vacías por que él no se arrepiente ni cambia lo dice su palabra en Números 23 . Nos formó con propósitos, con dones, metas a cumplir y demás poniendo en nosotros su imagen y semejanza entregándonos las obras escritas de antemano que son el camino a seguir en Cristo Jesús.
¿Porqué nuestras manos estarían vacías? ¿Porqué no enseñarle a nuestro ser que nuestras manos están llenas?
David decía “bendice alma mía y no te olvides de ninguno de sus beneficios”. Será que él mismo quedó en algún momento encerrado en esta creencia de que sus manos estaban vacías y pudo ver que no era verdad porque estaban llenas de la vida de Dios y sus bondades.
Tus manos están llenas de vida y esa vida es gracia de Dios porque no depende de circunstancias , títulos, méritos el disfrutar este impulso llamado vida, solo es la gracia de Dios que llenó nuestras manos de él y siguen llenas. Respiramos sólo por gracia y es su amor que llenó nuestras manos de resurrección cuando nos encontró muertos en nuestros delitos y pecados.
Cree, tus manos están llenas y si aún no saliera oración o alabanza de ti el Señor dijo que abrieras tu boca y él la llenaría porque Dios se provee y en tus manos hay y mucho de Dios que dará fruto como dice Salmos 1 : “y su hoja no cae” es decir no se secará sino que prosperará su alma y todo lo demás.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Salmos 103
