Dios te bendiga, te fortalezca y disfrutes la misericordia nueva y renovada de nuestro Dios.
REFLEXIÓN:
Pensaba , que siempre está en nuestros pensamientos ante una acción, el cómo? Cómo lo hago? Y buscamos modelos a seguir…
Esta mujer , de Lucas 7.36 no siguió ningún modelo ni forma.
Convirtió el vaso de perfume en arma de guerra. Su corazón era ese vaso de alabastro, sensible a la presencia de Jesús y supo que hacer.
¿Porqué? Porqué quebró límites, paradigmas, rituales y creencias de cómo adorar a Dios.
A través de una acción que manifestó en derramar perfume sobre Jesús, sobre el altar, sobre quién es digno de toda honra. Te invito a que cierres tus ojos e imagines lo que sucedió ( Lucas 7.36), una mujer que entra sin ser invitada, rompe un frasco de perfume sobre Jesús y con sus lágrimas riega sus pies y los enjugaba con su cabello, besaba los pies de Jesús y los ungía con el perfume.
Venció el miedo, temor al qué dirán, el rechazo a exponerse , y tanto más.
Empezó seguramente a solas en su cuarto, deseando adorar a Jesús y Dios lo manifestó en público.
Al quebrar el frasco separó lo viejo de lo nuevo, separó perfume que huele a muerte del que huele a vida.
Traspasó lo tradicional, el modelo, lo copiado, lo que se hace porque se vio hacer y nada más. Despedazado el frasco, rompió el prototipo, la matriz natural donde se había formado para introducirse en la matriz del Espíritu naciendo de nuevo.
Ella misma, con convicción y humildad, adoró y fue honrada por Jesús. Fue perdonada. Fue libre.
Tiene que ver con darlo todo. Entregarlo todo.
Esta mujer entregó perfume, Cristo, pero antes quebró su formas, sus costumbres, sus límites, entregando todo, naciendo a lo nuevo, porque puso su mirada solo en Jesús.
La vida de esta mujer no volvió a ser igual, ella venció la muerte con perfume de vida saliendo de una vida esclava de ritos para vivir y manifestar en libertad adoración al Dios vivo. Se hizo cargo. Recibió convicción pero no se quedó a llorar tras la puerta, accionó en humildad y valentía, adoró entregando todo.
Su arma que venció y cambió su destino de derrota a una vida de poder fue adorar, vaciarse para Jesús la llene.
Reconoció que sin Jesús no era vida. Murió a su naturaleza caída para adorar guiada por el Espíritu.
Reflexionemos:
¿Cuál es ese vaso de alabastro que hoy nos toca quebrar?
¿Cómo desea Dios yo le adore?
Busca tu biblia, lee otra vez los pasajes y medita . Dios desea hablarte.
Dios conoce tu corazón que anhela adorarle cada día más, por eso pasa tiempos con Dios, es él quién nos enseña a adorarle.
Dios te bendiga!
S. Lucas 7:37 – 38 RVR1960
[37] Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; [38] y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.