REFLEXIÓN: ANA Y SAMUEL

Qué tremendo! El sacerdote la tiene por borracha, por su oración, y ella estaba pidiendo un hijo, que sería el profeta qué le hablaría a Eli.

Dios exalta al humilde!

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *