Dios te bendiga y renueve tu esperanza en Cristo.
No caigas en las trampas de la culpa.
La culpa te consume la vida, el gozo y las ganas de vivir.
Es una correa, un lazo, una cuerda que te dice hasta donde llegar porque limita tu mente.
Se presenta, la culpa, como una alternativa inocente, una salida rápida a la frustración del alma, y es ahí donde quedamos atrapados.
Te animo a qué imaginemos la culpa como un lugar, dónde el paisaje es desértico, tierra seca y mucho polvo por los vientos y todo lo que te guste ejemplificar. Quizás hay animales, lobos, cuervos, aves del desierto y lo más interesante que no se ve una salida. Sigamos imaginando este lugar llamado culpa, todo cerrado, sin luz del sol, sin agua de lluvia, sin alegría, todos tristes, angustiados, muertos en vida y mucho más podríamos seguir imaginando, pero vos puedes anotar todo lo que pienses hay en ese lugar, llamado culpa, que estamos usando como ejemplo.
Conoces un lugar así?
Te resulta como que vives ahí?
La culpa, ese sentimiento de auto condena, es lo primero que echamos a mano cuando nos sentimos expuestos por creer que nos hemos equivocado o cuando verdaderamente erramos.
El miedo a ser condenados, nos lleva a culparnos , como que con culparnos ya está, ya se resolvió, nadie nos dirá nada, no me frustrare al oír que otros me digan algo. Es decir usamos la culpa como un freno a la condena de otros hacia nosotros, pero terminamos condenandonos nosotros mismos, castigandonos, poniendo nuestra vida a disposición de otros para ser castigados, porque somos culpables. ¿Quién te dijo que eras culpable? ¿Podes entender la culpa como una trampa de mentira? PORQUE DIOS NO CONDENA NI CULPA
¿Porque te fue más fácil culparte?
Culparse no es arrepentimiento, tampoco es reconocer y aceptar el error, justamente la culpa no te deja tengas un arrepentimiento verdadero donde reconozcas y aceptes el error , lo corrijas , elabores , sanes y sigas camino a la meta. La culpa te detiene. Frena procesos. Boicotea.
Vos no decidiste nacer, ni hiciste un mapa, un croquis de tu vida, entonces de que te culpas?
Hay situaciones que nos sobrepasan y nos debilitan a pesar que intentamos dar lo mejor de nosotros. Dios no te condena.
Él espera que le pidas ayuda. Èl siempre nos da la oportunidad de derribar lo mal construido y edificar de nuevo. Él nos perdona.
Su perdòn nos sana, nos limpia y nos marca el camino.
Solo Dios conoce como vendar y sanar nuestras heridas.
Entrega a Dios esas culpas. Ora a Dios. Pídele ayuda. Dios no te condenó. Busca en los evangelios tantas historias de personas que Jesús sanó, amando , perdonando y no las condenó. Fue muy claro cuando dijo quien esté libre de pecado tire la primer piedra.
Hay esperanza para tu vida. Dios piensa lo bueno de vos. Sos su especial tesoro. Te ama.
No va a dejarte. Solo quiere sanarte tus heridas del corazón, del alma y que vuelvas a creer , vuelva tu esperanza a florecer.https://youtu.be/KZudokjjx7k?si=B1YeKfk7ovKXpfx_
Mira te dejo este versículo:
Dios sanó las heridas de los que habían perdido toda esperanza.
Salmos 147.3